jueves, 19 de abril de 2012

Azeñas de Olivares en Zamora...


Durante la Edad Media era muy habitual la existencia de numerosas aceñas ubicadas en las riberas de los ríos zamoranos, aprovechando la fuerza motriz de las corrientes. Su edificación era un problema arquitectónico poco evidente con la tecnología constructiva de la época. En aquel tiempo su posesión suponía una relación de poder de una comunidad dada. La documentación antigua existente sobre la descripción de estos ingenios mecánicos asigna la denominación "aceña" a los mecanismos que funcionan en ríos con gran caudal, mientras que se reserva la denominación "molino" a aquellos ubicados en cauces de menor caudal. Es por esta razón que la denominación aceña es correcta al mencionar los de Zamora a orillas del Duero.Las Aceñas de Olivares toman su nombre del lugar de su construcción, el antiguo Arrabal de Olivares. La primera referencia escrita que se tiene de ellas es del año 986, y alcanzaron su máximo apogeo en el siglo XIII. Las aceñas no eran propiedad de una sola persona. Su construcción, mantenimiento y su producción de harina de trigo eran responsabilidad de una comunidad. Por regla general se trataba de comunidades religiosas, que se encargaban de proporcionar las denominadas divisas o veces a los arrendatarios. En este caso concreto el propietario era el Cabildo Catedralicio, que poseía asimismo las de Pinilla (éstas últimas también conocidas precisamente como Aceñas del Cabildo). Las propiedades de las aceñas son concedidas a las órdenes religiosas por el rey. Esta situación va cambiando a medida que evolucionan los siglos.

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