viernes, 28 de octubre de 2011

Zamora... Iglesia de San Claudio de Olivares








Algunos historiadores la consideran como la más antigua subsistente de las románicas de la ciudad. Es también conocido porque en él recibe culto el Cristo del Amparo, crucificado que la noche del Miércoles Santo es sacado en procesión por la Hermandad de la Penitencia. Además, el edificio cuenta con la consideración de ser Monumento Histórico-Artístico Nacional desde el año 1931.

Orígenes.-
Poco se sabe sobre el origen e historia de esta iglesia, la primera referencia documentada que la menciona data del
1176. Algunos autores, como Antón Rapino, la considera como la iglesia románica superviviente más antigua de la capital zamorana, ya que a su juicio una buena parte de sus elementos decorativos estarían emparentados con la zona sur de Francia, debido a la gran número de francos que acompañaron a Raimundo de Borgoña, yerno de Alfonso VI y uno de los principales repobladores de Zamora y sus pueblas. Este autor, indica como posible intervalo de su fábrica el situado entre el 1100 y el 1109, coincidente con el posible ensanche de la ciudad, de repoblaciones e inmigraciones tras haber sido asegurada la frontera a la altura del río Tajo.

Planta.-
Iglesia de reducidas dimensiones, formada por una sóla nave irregular con tramo recto
presbiterial y un ábside ultrasemicircular. Inicialmente estuvo abovedada, pero al estar su muro sur cercano al río Duero, sus crecidas dieron con él en el suelo, que finalmente ha sido sustituida por armadura de madera. Dicho muro, igual que el de los pies, ha sido rehecho y reforzado varias veces, en una de ellas se prescindió de la portada que en él había. En 1910 recibió una notable reparación, al habér sido rehechos los muros occidental y meridional y las bóvedas de la capilla mayor. Esta obra, llevada a cabo por el contratista Francisco Nieto Martín, según proyecto de Joaquín de Vargas y Aguirre supuso también que se levantara también sobre el muro de poniente una espadaña de ladrillo y se cubriera la nave con una sencilla armadura. Medio siglo después de haber sido declarada monumento nacional, se restauró concienzudamente en su totalidad, eliminándo postizos y cales que la afeaban, devolviendo al muro norte su altura original, rebajando el terreno que la circunda medio ocultándola y urbanizando el entorno con esmero.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Zamora... Iglesia de San Juan









La iglesia de San Juan Bautista es una iglesia románica ubicada en medio de la Plaza Mayor de Zamora. En una de sus esquinas se puede encontrar una moderna estatua a Merlú.


Ubicación y denominación.-


Esta iglesia, situada en el costado occidental de la Plaza Mayor, fue edificada en la segunda mitad del s. XII y parte de la centuria siguiente, junto a la denominada Porta Nova, la más oriental del primer recinto amurallado, abierta en 1171 para comunicar el primitivo recinto con el del arrabal. La cercanía de esta puerta hizo que a esta iglesia se le conozca con el título de San Juan de Puerta Nueva.


Evolución de la fachada meridional.-
El edificio ha sufrido numerosas reparaciones, transformaciones y pérdidas a lo largo del tiempo. En
1559 se hundieron la torre y gran parte de las cubiertas, siendo rehecha aquella en 1579 y éstas sustituidas por una armadura mudéjar, que ha estado oculta por una bóveda de lunetos del s. XVIII, al tiempo que se realizaron todos los muros perimetrales.
A finales del
s. XIX, el Ayuntamiento proyectó el ensanche y la alineación de la Plaza Mayor, en el que se incluía la demolición de la iglesia, pero no se llevó a efecto por la enérgica protesta del obispo de la diócesis. Sin embargo, en 1905 fue expropiado forzosamente y dos años después derribado el claustro que tenía adosado al muro septentrional. Gracias a la última restauración realizada por Bellas Artes, ha quedado completamente exenta al haberse derribado todas las construcciones adosadas y otros postizos que ocultaban casi totalmente su volumetría.

martes, 25 de octubre de 2011

Zamora... Iglesia de Santiago de los Caballeros









La iglesia de Santiago de los Caballeros, también denominada a veces, Santiago de las Eras o Santiago el Viejo, es un templo de estilo románico.
Situada extramuros de la ciudad de Zamora, cerca del barrio de Olivares y del castillo de Zamora. Perteneció a los capellanes del número del cabildo catedralicio, que la abrían en la fiesta de su titular, Santiago el Mayor, celebrado el 25 de julio con una pequeña romería.
Recibe la denominación de Santiago de los Caballeros por asegurarse que en ella, tras velar sus armas, fue armado caballero el Cid Campeador por el rey Fernando I. Así, en el Romancero se dice:

Afuera, afuera, Rodrigo,
el soberbio castellano
acordásete debría
de aquel buen tiempo pasado
cuando fuiste caballero
en el altar de Santiago,
cuando el rey fue tu padrino,
tú, Rodrigo, el ahijado;

jueves, 20 de octubre de 2011

Zamora... Iglesia de San Vicente






Historia.-
No se han encontrado testimonios documentales que aclaren la fecha de su fábrica, pero de sus elementos estilísticos se deduce que es de finales del
s. XII y la torre de aún más tarde. En origen debió tener planta basilical de tres naves de cuatro tramos cada una, pero una drástica reforma en el s. XVI la dejó reducida a una y otra reforma del s. XVII suprimió totalmente su cabecera originaria y disfrazó su interior, de forma que de estilo románico sólo se conservan los muros laterales y el hastial.


La torre.-

La torre ha sido descrita como "la más airosa y completa de Zamora", según expresión de Gómez Moreno, y como "la más noble torre románica de Zamora", en palabras del poeta leonés Antonio Gamoneda. Su fábrica data del s. XIII, tomando para ello el modelo de la torre catedralicia. Tiene planta rectangular y seis cuerpos divididos por cornisas, de los que los tres inferiores son macizos y los tres superiores se corresponden con el cuerpo de campanas, en los que hay ventanas de arcos apuntados en orden creciente, de uno a tres. La torre finaliza con una cornisa con canecillos y un chapitel con cubierta de pizarra a cuatro aguas piramidal, coronada mediante una aguja octogonal. Fue realizado por Manuel Prieto y Ventura Vicente en 1756, para sustituir al que fue deteriorado por un rayo el 5 de agosto de aquel mismo año, aunque sería posteriormente reformado por Manuel Sipos en 1815.

Portada occidental.-

A pesar de encontrarse precariamente conservada, destaca sobremanera por su decoración. En ella se distinguen cuatro arquivoltas decoradas con motivos vegetales que descansan sobre pilastras y columnas con capitales, también vegetales, aunque aquí ya se distingue la presencia de figuras de animales, algunas de estas últimas imaginarias.


Interior.-
La primitiva fábrica de este templo tuvo obra de ampliación entre
1779 y 1781 por el arquitecto Pedro Castellote, convirtiendo la cabecera original en el primer tramo de la nave y añadiéndole la capilla mayor. Actualmente sólo mantiene de estilo románico los muros perimetrales. La capilla mayor tiene una bóveda elíptica con sencillas labores de yeserías que también se encuentran en las bóvedas del cuerpo de la nave, a excepción de su primer tramo, que fueron realizados por Alberto López en 1695. El retablo mayor fue realizado en 1805 por el citado Pedro Castellote. En el interior del camarín se venera la Virgen de La Concha, patrona de la ciudad de Zamora. En sus laterales y flanqueados por columnas se encuentran la figura de San José a la izquierda y San Antonio de Padua a la derecha, estas últimas talladas en la misma época del retablo por el escultor benaventano Alejandro Gamallo. En la parte superior, la imagen de San Vicente Mártir, titular de la iglesia. En los testeros del primer tramo se veneran las imágenes de la Inmaculada Concepción del s. XVIII y una de las obras más destacadas de la Semana Santa zamorana, el Santo Cristo de la Buena Muerte, obra que talló en 1585 el escultor Juan Ruiz de Zumeta para el Convento de San Francisco, de franciscanos descalzos o alcantarinos (hoy sede de la Fundación Rei Afonso Henriques), y que, tras la exclaustración del cenobio en la década de 1830, pasó a la Iglesia de Santiago del Burgo y de allí a su emplazamiento actual.
La capilla de Nuestra Señora de las Angustias, es un suntuoso recinto barroco con bóvedas de yeserías, que fue edificada en
1698 por los maestros zamoranos Diego Carrascal y Manuel de Barcia, salvo la cabecera que en 1680 edificó el cantero toresano Francisco de la Vega. En su interior se conserva un retablo barroco, que custodia en su parte central la Virgen de las Angustias. Esta última imagen no es la escultura original, sino una copia que hizo en 1879 Ramón Álvarez, conservándose la original en la iglesia del municipio zamorano de El Perdigón. El retablo situado a los pies de capilla, obra del entallador Juan González y el estofador Cristóbal Ruiz de la Talaya, alberga ocho relieves en el banco, otro en el ático y la escultura de bulto redondo de Santa Teresa, ésta última esculpida por Andrés Solanes, discípulo de Gregorio Fernández, siguiendo el modelo que el gran maestro realizó para el convento del Carmen Calzado de Valladolid. La iglesia conserva otras obras artísticas, entre las que destacan su púlpito de piedra del s. XVII con un águila de alas desplegadas en la taza, en el que la tradición afirma que predicó San Vicente Ferrer en su visita a Zamora en 1412. Una Piedad y la Virgen de la Quinta Angustia, talladas por el portugués Gaspar de Acosta en 1604.

lunes, 17 de octubre de 2011

Zamora... Iglesia de Santiago del Burgo




Su planta basilical de tres naves con cabecera triple recta, tanto exterior como interiormente, encaja a la perfección dentro de la tradición zamorana.
Su exterior se nos muestra extraordinariamente robusto, articulado a base de contrafuertes y construido en sillares de gran tamaño. Desde fuera podemos contemplar la diferencia de altura en las naves así como la torre situada en el SO, que se caracteriza por la rudeza y ausencia de vanos.
De la cabecera destacaremos la reja románica que cubre el vano del ábside central.
Tres son las portadas de acceso, la de occidente cegada, que presenta arquivoltas decoradas y la portada norte, coronadas ambas por rosetones (es probable que Zamora sea la ciudad con mayor abundancia de rosetones románicos). La del lado sur, como particularidad, presenta un vano geminado del que se ha perdido el parteluz.
En su interior destaca la altura y esbeltez de la nave central, que proporciona un desnivel para la ubicación de vanos que iluminan el templo. La separación de las naves se produce gracias a pilares rectangulares a los que se le adosan las columnas sobre las que descansan los arcos fajones y formeros derivados de la cubierta de las naves (de arista en su totalidad salvo en los dos primeros tramos de la nave central que es de medio cañón).

viernes, 14 de octubre de 2011

Zamora... Iglesia de San Cipriano



Historia.-
La primera noticia de su existencia se registra en la Regesta de Fernando II, publicada por Julio Gómez, cuando se afirma que el rey estaba en Zamora en 1159. Aparece también en una carta de donación del 1178. Algunos autores, como Fernández Duro, retrotraen su existencia al año 1022 basándose en los números romanos que aparecen en el crismón. Parece claro que allí existió una iglesia de finales del s. XI, como demuestra una inscripción de 1093 y unos relieves muy torpes, que han estado empotrados en distintos lugares del edificio. Luego este edificio se arruinaría y se haría ésta, que también ha sufrido más de un cambio sustancial, en su organización, pues su primitiva planta basilical ha quedado reducida a una sola nave, aunque eso si, con la triple cabecera recta tan propia del románico zamorano. Para Ramos de Castro la capilla mayor y la del evangelio, el ingreso a la de la epístola y algunas partes del muro norte pertenecen a finales del s. XI.
En el siglo XII se reedificó el ala sur y se construyó la torre sobre un pasadizo de arco apuntado, donde se exponían imágenes sagradas para su devoción. En el pequeño atrio que se forma había un pozo que fue tapado por peligroso en la década de 1960.La iglesia se reconstruyó hacia 1980. En el siglo XI tenía tres naves, cada una acababa en la cabecera con una pequeña ventana enrejada, con forja de la época, de los primeros trabajos de forja que se conservan en España.
Actualmente se utiliza como sede habitual de los conciertos del Festival Internacional de Música "Pórtico de Zamora".

miércoles, 12 de octubre de 2011

Zamora... Iglesia de la Magdalena





El constructor de esta iglesia, según algunos historiadores, fue Giral Fruchel, arquitecto conocido por haber llevado a cabo otras obras como la Catedral de Ávila. Diversas investigaciones han atribuido este templo tanto a los Hospitalarios como a los Templarios, aunque de cara a las crónicas de la época no está refrendado.
En cualquier caso, la construcción es seguro que se prolongó por un dilatado periodo. Las fuentes aseguran que se comenzó a levantar a comienzos del siglo XII, mas no figura su finalización hasta el año 1215.

Descripción.-
Se trata de un templo de una única nave que cuenta con una torre a los pies y con un cabecero semicircular que alberga la capilla mayor. Los muros de la Iglesia de Santa María Magdalena no son estrictamente macizos, ya que están roturados por ventanas en el cuerpo superior. Dicho hecho aporta una gran luminosidad al interior del templo. Además, éstos vanos están rematados con arcos semicirculares "escoltados" por arcos semicirculares sostenidos por columnas con decoración vegetal.

Exterior.-
La iglesia cuenta con numerosos contrafuertes. El edificio es de gran belleza debido a la iconografía que lo decora. La puerta más antigua es la meridional, cuyos adornos representan el paraíso celestial. Éste está rodeado por un arco polilobulado y cuatro arquivoltas con capiteles vegetales y figuradas.
No toda la Iglesia de Santa María Magdalena está decorada así en la actualidad, pues la parte septentrional fue modificada a lo largo de los siglos posteriores a su construcción. Esto se tradujo en una portada con cinco banquetones sin ornamentación apoyados por columnas. En cuanto a la parte occidental, hay una torre junto a una portalada con columnas de capiteles lisos y adornos de boceles.

Interior.-
El mobiliario interior es sorprendente, pues no cuenta con ningún tipo de retablo. El alzado presenta un primer cuerpo con baldaquinos, originario del siglo XII, uno segundo con altas columnas y, por último, un remate con diversos canecillos. La cubierta está hecha en madera, a excepción del cabecero. La parte del sur, cuenta, con un rosetón lobulado con una ornamentación de punta de diamante.
Destaca además el sepulcro, que por su idiosincrasia pertenece a los últimos compases del románico. Su creador es anónimo, aunque posee elementos de corte orientalizante. En cualquier caso, se trata de una dama que yace junto a relieves de animales y seres mitológicos. La talla está tratada magníficamente en cuanto a las telas y los marfiles representados, siendo considerada una pieza de importancia capital.

lunes, 10 de octubre de 2011

Zamora...



Historia.-
La construcción de la iglesia comenzó a finales del siglo XII. Perteneció durante siglos, junto con el convento que en el siglo XIV se construyó anexo a ella, a la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, siendo ambos la casa matriz de la rama castellana de la Orden y sirviendo el convento hasta el siglo XVI como residencia del Gran Prior de Castilla. Entre 1534 y 1537 fue reedificado y los caballeros fueron sucedidos por monjas de la misma orden. El conocido como Convento de la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén y luego como Convento de las Comendadoras de San Juan de Jerusalén (también llamado Convento de San Juan de la Horta) fue abandonado en 1837 a consecuencia de la desamortización de Mendizábal. Sobre sus restos se construyó en 1896 la primera fábrica de electricidad de la ciudad -de la que permanece la chimenea-, siendo transformada en 1947 en fábrica de alcohol, funcionando hasta 1988. En 2000 se construyó en el solar un hotel, en el que el arquitecto Francisco Somoza integró el único cuerpo que se conservaba del edificio renacentista, adosado a la torre de la iglesia.
Descripción.-
Ábside.Originalmente la iglesia constaba de una sola nave, que está cubierta por tres bóvedas ojivales. Posteriormente se añadieron la torre a los pies y una serie de capillas en el lado sur, entre las que destaca una capilla funeraria cubierta en 1495 con una bóveda de crucería en estrella o bóveda estrellada.En el templo se custodia la imagen de la Virgen de la Salud, del siglo XVI, que cada año en su festividad es sacada en procesión por las calles del barrio.
Portada sur.De la torre solamente se conservan intactos los tres cuerpos iniciales, separados por impostas, mientras que la parte superior está interrumpida a la altura del cuerpo de campanas, siendo el chapitel de remate contemporáneo. El cuerpo inferior se abre con una sencilla puerta de arco de medio punto que da acceso al interior de la iglesia, mientras que en los dos siguientes, cubiertos con bóveda de cañón, se conservaba el importantísimo archivo de la Lengua (rama) de Castilla de la Orden, fondos que fueron repartidos a principios del siglo XX entre la Biblioteca Nacional y el Archivo General de Simancas.

jueves, 6 de octubre de 2011

Zamora...



La Iglesia de Santa Maria la Nueva se encuentra cerrada con motivo de la ultima fase de su restauración lo que nos da pie a contar una de las mas conocidas leyendas de Zamora….” El Motín de la Trucha” una historia de nobles y plebeyos, en la que la Iglesia de San Román paso a ser Santa Maria la Nueva.

Siglo XII, Benito el Pellitero, hombre honesto, y de limpia conciencia ofrecía el liderazgo en la defensa del pueblo. Comparte vida con su hijo, Pedro, tienen un pequeño negocio de pieles en lo alto de la calle Balborraz. Pedro, enamorado de una joven hidalga, oye, no sin recelo, el consejo de su padre de abandonar su empeño ya que esta joven hidalga es hija de D. Gómez Álvarez de Vizcaya, arrogante y poderoso señor que menosprecia a los plebeyos.

Una de las injusticias que el pueblo no había podido vencer era el hecho de que los criados de los nobles pudiesen comprar en ausencia de plebeyos, hasta que sonaba la campana a las 09:00h dando paso al resto del pueblo para comprar aquello que no querían los nobles.

Un frío día de enero Pedro, el hijo del Pellitero, esperaba junto a la plaza del mercado la señal para poder hacer sus compras. Cuando suena la campana una multitud de gente se abalanza por los puestos de la plaza. Pedro se dirige al puesto de su amigo pescador, el cual le ofrece una magnifica trucha sanabresa, que como un milagro había pasado desapercibida ante los nobles. En este momento aparece el criado de D. Gómez Álvarez de Vizcaya exigiendo con soberbia la trucha para su amo. Comienza una discusión en la que además de reclamar la trucha el criado se mofa de Pedro por pretender el amor su ama hija de D Gómez. Ante la humillación, Pedro pierde la razón y tras un forcejeo clava su daga en el corazón del criado. La multitud lejos de asustarse se entusiasma ya que hasta ahora nadie se había atrevido a poner justicia ante los atropellos de los nobles. Entre vítores cogen a hombros al joven Pedro que no sale de su asombro.

Al tener constancia del atropello D. Gómez dio cuenta a la Justicia Mayor y pidió venganza. Pedro el Pellitero y los que lo vitoreaban fueron arrestados.

Al día siguiente en la Iglesia de San Román estaba todo preparado para celebrar el consejo de los hidalgos, a las 12 en punto comenzó, presidida por D. Ponce Cabrera, hijo del secretario de Fernando II de Leon. “Muerte y escarmiento” clamor unánime de los nobles ante la afrenta de los plebeyos. Querían cortar todos los derechos que el fuero del rey les había otorgado.

Ante las decisiones del Consejo el pueblo indignado rodea la iglesia, mientras que en el interior los nobles armados se proponen aplastar el levantamiento. Al grito unánime de “¡Quemadlos dentro!” el pueblo corre a la Plaza la Leña y acarrea tanta que el templo arde por completo, derrumbándose y aplastando en su interior a cuantos allí estaban. Solo Ponce de Cabrera consigue huir con espada en mano lo que no impide que el pueblo le de muerte. Su cuerpo yace en un sepulcro olvidado de la catedral.

A la vez prenden fuego a la cárcel que estaba en la misma plaza dando libertad a los que habían sido arrestados injustamente por los nobles. En medio del fuego y la destrucción la Sagrada Hostia abandona la custodia por una grieta, cerca del púlpito, y volando por el aire se refugia en la Capilla de las Dueñas, a escasos metros de la capilla devastada. Las Dueñas era un grupo de viudas, que habían decidido ser religiosas, vivir en comunidad y practicar la asistencia a los desfavorecidos.

Pasado el alborozo el Pueblo ante las represalias de los nobles de otras ciudades, deciden abandonar la ciudad hacia tierras portuguesas por Ricobayo.
Antes de cruzar el Duero para entrar en Portugal deciden enviar una comitiva a Leon para pedir clemencia al Rey. Si este la acepta volverían sino repoblarían el país vecino. Fernando II ante el temor a un despoblamiento de la ciudad, perdona a los rebeldes imponiendo dos condiciones: reedificar la iglesia a su costa y acudir a su santidad el Papa Alejandro III para que les impusiese penitencia. En cuanto regresaron los rebeldes comenzaron a reconstruir la iglesia que habiéndola dedicado a la virgen la empezaron a llamar Santa Maria la Nueva.
La penitencia impuesta por el Papa fue hacer para el Altar Mayor un frontal o retablo que llevara de plata cien marcos, ciento dieciséis piedras preciosas, y cien ducados de oro para dorar toda su obra. Un siglo después la obra vio la luz, primero como pináculo de San Salvador y, más tarde convertida en Custodia procesional del Corpus.

miércoles, 5 de octubre de 2011

lunes, 3 de octubre de 2011

Un poco de poesía...

Y nada mejor que Benedetti...

BOTELLA AL MAR

El mar es un azar
qué tentación echar
una botella al mar

poner en ella por ejemplo un grillo
un barco sin velamen y una espiga
sobrantes de lujuria algún milagro
y un folio rebosante de noticias

poner un verde un duelo una proclamados rezos y una cábala indecisa
el cable que jamás llegó a destino
y la esperanza pródiga y cautiva

el mar es un azar
qué tentación echar
una botella al mar

poner en ella por ejemplo un tango
que enumerara todos los pretextos
para apiadarse a solas de uno mismo
y quedarse en el borde de otro sueño

poner promesas como sobresaltos
y el poquito de sol que da el invierno
y un olvido flamante y oneroso
y el rencor que nos sigue como un perro

el mar es un azar
qué tentación echar
una botella al mar


poner en ella por ejemplo un naipe
un afiche de dios el de costumbre
el tímpano banal del horizonte
el reino de los cielos y las nubes

poner recortes de un asombro inútil
un lindo vaticinio de agua dulce
una noche de rayos y centellas
y el saldo de veranos y de azules

el mar es un azar
qué tentación echar
una botella al mar

pero en esta botella navegante
sólo pondré mis versos en desorden
en la espera confiada de que un día
llegue a una playa cándida y salobre

y un niño la descubra y la destape
y en lugar de estos versos halle flores
y alertas y corales y baladas
y piedritas del mar y caracoles

el mar es un azar
qué tentación echar
una botella al mar