jueves, 20 de octubre de 2011

Zamora... Iglesia de San Vicente






Historia.-
No se han encontrado testimonios documentales que aclaren la fecha de su fábrica, pero de sus elementos estilísticos se deduce que es de finales del
s. XII y la torre de aún más tarde. En origen debió tener planta basilical de tres naves de cuatro tramos cada una, pero una drástica reforma en el s. XVI la dejó reducida a una y otra reforma del s. XVII suprimió totalmente su cabecera originaria y disfrazó su interior, de forma que de estilo románico sólo se conservan los muros laterales y el hastial.


La torre.-

La torre ha sido descrita como "la más airosa y completa de Zamora", según expresión de Gómez Moreno, y como "la más noble torre románica de Zamora", en palabras del poeta leonés Antonio Gamoneda. Su fábrica data del s. XIII, tomando para ello el modelo de la torre catedralicia. Tiene planta rectangular y seis cuerpos divididos por cornisas, de los que los tres inferiores son macizos y los tres superiores se corresponden con el cuerpo de campanas, en los que hay ventanas de arcos apuntados en orden creciente, de uno a tres. La torre finaliza con una cornisa con canecillos y un chapitel con cubierta de pizarra a cuatro aguas piramidal, coronada mediante una aguja octogonal. Fue realizado por Manuel Prieto y Ventura Vicente en 1756, para sustituir al que fue deteriorado por un rayo el 5 de agosto de aquel mismo año, aunque sería posteriormente reformado por Manuel Sipos en 1815.

Portada occidental.-

A pesar de encontrarse precariamente conservada, destaca sobremanera por su decoración. En ella se distinguen cuatro arquivoltas decoradas con motivos vegetales que descansan sobre pilastras y columnas con capitales, también vegetales, aunque aquí ya se distingue la presencia de figuras de animales, algunas de estas últimas imaginarias.


Interior.-
La primitiva fábrica de este templo tuvo obra de ampliación entre
1779 y 1781 por el arquitecto Pedro Castellote, convirtiendo la cabecera original en el primer tramo de la nave y añadiéndole la capilla mayor. Actualmente sólo mantiene de estilo románico los muros perimetrales. La capilla mayor tiene una bóveda elíptica con sencillas labores de yeserías que también se encuentran en las bóvedas del cuerpo de la nave, a excepción de su primer tramo, que fueron realizados por Alberto López en 1695. El retablo mayor fue realizado en 1805 por el citado Pedro Castellote. En el interior del camarín se venera la Virgen de La Concha, patrona de la ciudad de Zamora. En sus laterales y flanqueados por columnas se encuentran la figura de San José a la izquierda y San Antonio de Padua a la derecha, estas últimas talladas en la misma época del retablo por el escultor benaventano Alejandro Gamallo. En la parte superior, la imagen de San Vicente Mártir, titular de la iglesia. En los testeros del primer tramo se veneran las imágenes de la Inmaculada Concepción del s. XVIII y una de las obras más destacadas de la Semana Santa zamorana, el Santo Cristo de la Buena Muerte, obra que talló en 1585 el escultor Juan Ruiz de Zumeta para el Convento de San Francisco, de franciscanos descalzos o alcantarinos (hoy sede de la Fundación Rei Afonso Henriques), y que, tras la exclaustración del cenobio en la década de 1830, pasó a la Iglesia de Santiago del Burgo y de allí a su emplazamiento actual.
La capilla de Nuestra Señora de las Angustias, es un suntuoso recinto barroco con bóvedas de yeserías, que fue edificada en
1698 por los maestros zamoranos Diego Carrascal y Manuel de Barcia, salvo la cabecera que en 1680 edificó el cantero toresano Francisco de la Vega. En su interior se conserva un retablo barroco, que custodia en su parte central la Virgen de las Angustias. Esta última imagen no es la escultura original, sino una copia que hizo en 1879 Ramón Álvarez, conservándose la original en la iglesia del municipio zamorano de El Perdigón. El retablo situado a los pies de capilla, obra del entallador Juan González y el estofador Cristóbal Ruiz de la Talaya, alberga ocho relieves en el banco, otro en el ático y la escultura de bulto redondo de Santa Teresa, ésta última esculpida por Andrés Solanes, discípulo de Gregorio Fernández, siguiendo el modelo que el gran maestro realizó para el convento del Carmen Calzado de Valladolid. La iglesia conserva otras obras artísticas, entre las que destacan su púlpito de piedra del s. XVII con un águila de alas desplegadas en la taza, en el que la tradición afirma que predicó San Vicente Ferrer en su visita a Zamora en 1412. Una Piedad y la Virgen de la Quinta Angustia, talladas por el portugués Gaspar de Acosta en 1604.

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